El cuidado de las manos

A menudo ves a personas que lucen un rostro brillante y libre de arrugas y a quienes adjudicarías una edad inferior a la que deberían tener. Sin embargo, sus manos delatan su verdadera edad. Y eso es así porque la piel que las cubre requiere de unos hábitos de cuidado específicos que a veces pasamos por alto, lo cual es un gran error. No obstante, si sigues unas pautas diarias básicas y dedicas algunos minutos al cuidado de tus manos, éstas mantendrán su juventud y tersura a lo largo de los años.

Los principales enemigos para las manos son las variaciones de temperatura, el sol y el exceso de humedad, que terminan por provocar la deshidratación de la piel que las cubre y darles un aspecto seco, además de provocar la aparición de arrugas por su superficie. Otros agentes nocivos se relacionan con el uso de detergentes y abrasivos en nuestras rutinas diarias, como lavar los platos.

La higiene

Cuando laves tus manos, debes seguir unos consejos básicos para así evitar que sufran agresiones innecesarias. En primer lugar, utiliza jabón o gel que sea libre de alcohol y no abuses del agua caliente, que provoca un efecto deshidratante. El secado de las manos debe realizarse con una toalla suave, preferentemente de algodón y sobre todo, secarlas totalmente, sin que queden rastros de agua.

El lavado destruye la capa de protección de la piel por lo que es muy recomendable usar una crema hidratante después de haberlas secado bien.

La protección e hidratación

Si tienes que realizar actividades que puedan ser agresivas para tus manos, como lavar los platos, es recomendable emplear unos guantes apropiados, preferentemente de latex.

Adquiere una crema hidratante específica para manos, con una composición adaptada a sus peculiaridades. Aplícala al menos dos veces cada día, por la mañana y antes de acostarte. El aceite de oliva es también un remedio natural muy eficaz para tratar manos agrietadas.

Como hemos dicho, el sol es un gran enemigo de la piel de las manos. Al ser una zona que está expuesta a la radiación solar en mayor medida que otras, deberás prestarle una especial atención. Procura no salir nunca a la calle, sobre todo en verano, sin aplicarte un buen protector, así evitarás las indeseadas manchas producto de la abrasión solar.

Del mismo modo, es importante evitar el exceso de frío sobre tus manos, así que es conveniente que utilices guantes en invierno para protegerlas.

Masaje y exfoliación

Realizar un suave masaje sobre las manos cada día ayudará a mejorar la circulación sanguínea y a mantenerlas suaves, además de producir un excelente efecto relajante. Un remedio tradicional muy eficaz es preparar una crema a base de miel y leche que aplicarás con un masaje profundo.

Del mismo modo, realizar una exfoliación regular, una vez por semana, permitirá eliminar todas las células muertas y facilitar la regeneración del tejido cutáneo. Aplica el producto exfoliante y frota con intensidad para lograr un efecto mayor. Además, el efecto posterior de las cremas hidratantes y tratamientos específicos para manos será más intenso y eficaz.